
Imagen generada por IA (ChatGPT + DALL·E), representando la escena de la expulsión de Bar Kamsa en el banquete, un momento crucial en la narrativa talmúdica que llevó a la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén.
La historia de Kamsa y Bar Kamsa es una famosa narrativa dentro del Talmud, específicamente en el tratado Gittin 55b-56a. Esta historia se cuenta como una lección sobre los peligros del odio sin causa y la discordia interna, y es considerada por muchos como una de las causas de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén.
Resumen de la Historia
En Jerusalén vivía un hombre rico que organizó un gran banquete y decidió invitar a todos sus amigos. Entre los invitados debía estar Kamsa, un amigo cercano del anfitrión. Sin embargo, por error, el sirviente del hombre rico entregó la invitación a Bar Kamsa, quien era un enemigo del anfitrión.
Bar Kamsa, pensando que su presencia en la fiesta podría ser una señal de reconciliación, asistió al banquete. Sin embargo, cuando el anfitrión lo vio, se enfureció y le pidió que se fuera. Bar Kamsa, avergonzado, intentó apaciguar al anfitrión ofreciendo pagar por su comida, pero el anfitrión se negó. Luego ofreció pagar la mitad del banquete y finalmente incluso propuso pagar por todo el banquete, pero el anfitrión se mantuvo firme y lo echó del lugar, públicamente avergonzándolo.
Bar Kamsa, herido por la humillación, decidió vengarse. Sabía que los rabinos presentes en el banquete no habían intervenido para evitar su vergüenza, lo cual lo enfureció aún más. Bar Kamsa fue ante el emperador romano (según algunas versiones, ante Nerón o Vespasiano) y le dijo que los judíos estaban planeando rebelarse contra él. Para probarlo, sugirió enviar un sacrificio al Templo de Jerusalén y ver si los sacerdotes lo aceptaban.
El emperador aceptó la sugerencia y envió un becerro con Bar Kamsa. En el camino, Bar Kamsa hizo una pequeña herida en el animal, un defecto que lo haría inapropiado para el sacrificio según la ley judía. Al llegar al Templo, los sacerdotes se encontraron en una encrucijada: si sacrificaban el animal, violarían la ley, pero si no lo sacrificaban, enfurecerían al emperador.
Finalmente, los sacerdotes decidieron no sacrificar el animal, lo que llevó a Bar Kamsa a regresar al emperador con la noticia de que los judíos habían rechazado su sacrificio, lo cual fue visto como un acto de rebelión. Esto eventualmente llevó al emperador a enviar tropas a Jerusalén, lo que culminó en la destrucción del Segundo Templo.
Lecciones de la Historia
La historia de Kamsa y Bar Kamsa es vista como una lección poderosa sobre los efectos destructivos del odio infundado (en hebreo, «sinat jinam») y la discordia interna. La falta de compasión y la incapacidad de intervenir para prevenir la vergüenza de Bar Kamsa son vistas como ejemplos de cómo el conflicto interno entre los judíos contribuyó a su propia destrucción. Esta narrativa se menciona a menudo en los contextos de Tisha B’Av, el día de duelo que conmemora la destrucción del Primer y Segundo Templo de Jerusalén.

Imagen generada por IA (ChatGPT + DALL·E), mostrando la dramática destrucción del Segundo Templo de Jerusalén por las fuerzas romanas, un evento histórico de gran importancia en la tradición judía.