La FILOSOFÍA que PARTIÓ el mundo en dos: las raíces ideológicas de la degeneración liberal moderna.

Jorge Benito

En última instancia, nada importa, no hay ningún propósito y nada tiene sentido. Cada individuo debe enfocarse en la satisfacción de sus placeres y cada comunidad debe levantar su bandera exigiendo nuevos derechos y libertades que procurarse. Y esta cosmovisión es el resultado de una serie de aberraciones filosóficas que se fueron sucediendo, una tras otra, como consecuencia del veneno que Guillermo de Ockham liberó: el nominalismo.

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